“¿Estabas tú allí?” Es un cuestionario publicado hace ya algunos años, y que compartimos de nuevo, que trata acerca de la virtual presencia y participación en los acontecimientos de los últimos días de Jesucristo. A fin de entender más cabalmente la secuencia del “drama de la redención” que culminó con la presencia del Cristo vivo la mañana del Domingo de Pascua; hazte una imagen de la “implícita realidad” de lo que pasó en Jerusalén durante la última semana de la vida terrenal del Profeta de Nazaret y el primer día de su victoriosa resurrección de la muerte y el sepulcro.
Hazte de cuentas que tú estabas allí y fuiste testigo presencial de lo que pasó durante ese especial período de la historia de la humanidad.
Debes ampliar tu mente y transportarte a la gran ciudad de Jerusalén para percibir mejor lo que allí aconteció.
Observa tú con claridad los lugares donde se escenificaron la sucesión de los hechos. Identifica a todas y cada una de las personas. Trata de interpretar el significado de cada acción. Mantén presente las siguientes treinta y tres (33) preguntas:
- ¿Estabas tú allí, cuando Jesús entró en Jerusalén montado en un borriquito y tendiste tus ropas o ramas de los árboles por el camino de la procesión y aclamabas: “Gloria al Hijo de David”. “Bendito el que viene en nombre del Señor”. “Gloria a Dios en las alturas?”
- ¿Estabas tú allí, cuando Jesús lloró por la ciudad de Jerusalén y profetizó: “Pues van a venir para ti días malos…?”
- ¿Estabas tú allí, cuando Jesús entró al templo y comenzó a echar de ahí a los que estaban vendiendo, y él dijo: “Mi Casa será casa de oración?”
- ¿Estabas tú, entre los jefes de los sacerdotes, los maestros de la ley y los jefes del pueblo buscando cómo matar a Jesús?
- ¿Estabas tú allí, cuando se hizo la conspiración y se le pagó a Judas Iscariote para que comenzara a buscar un momento apropiado para entregar a Jesús?
- ¿Estabas tú allí, en la Última Cena del Señor, cuando los discípulos disputaban sobre la sucesión o el puesto de autoridad después de la ausencia de Jesús? Ante lo cual el Maestro actuó de manera dramática para señalar lo que es la humildad y enfatizó: “El que manda tiene que hacerse como el que sirve”.
- ¿Estabas tú allí, cuando el Señor lavó los pies de sus discípulos para dar demostración de mansedumbre y ejemplo de vocación de servicio?
- ¿Estabas tú allí, en el Aposento Alto, esa memorable noche del primer Jueves Santo, al celebrar la Cena Pascual Judía, cuando Jesús convirtió esa Última Cena en la Primera Cena o la Santa Eucaristía, o Santa Comunión de los cristianos?
- ¿Estabas tú allí, cuando el rabino Jesús anunció un nuevo mandamiento como principio fundamental que sus discípulos están llamados a observar: “Que se amen los unos a los otros…”?
- ¿Estaba tú allí, cuando Simón Pedro le aseguró al Maestro: “Estoy dispuesto a dar mi vida por ti”? Cuando Jesús le respondió: “¿De veras?, pues mira, te aseguro que antes de que cante el gallo me negarás tres veces”.
- ¿Estabas tú allí, cuando Jesús anunció que uno de sus discípulos le iba a traicionar y los discípulos comenzaron a preguntar: “Señor, ¿quién es?”
- ¿Estabas tú allí, en el huerto de Getsemaní, dormido a pesar de que el Señor pidió que permanecieran despiertos con él y que oraran para no caer en tentación?
- ¿Estabas tú allí, cuando el traidor Judas Iscariote llegó a Getsemaní en la oscuridad de la noche, e identificó a su Maestro con un beso, para entregarlo a los soldados del régimen, traicionándolo a cambio de dinero y por razones espurias?
- ¿Estabas tú allí, cuando sucedió la sorpresiva persecución y los discípulos salieron en desbandada por temor a ser identificados y arrestados al igual que su guía y dirigente espiritual?
- ¿Estabas tú allí, cuando llevaron a Jesús a la casa de Caifás, el sumo sacerdote, donde los maestros de la ley y los ancianos estaban reunidos para determinar lo que harían con Jesús?
- ¿Estabas tú allí, cuando juzgaron a Jesús presentando falsos testimonios?
- ¿Estabas tú allí, cuando Pedro negó, jurando ¡no conozco a ese hombre! y el gallo cantó tres veces?
- ¿Estabas tú allí, cuando todos los jefes de los sacerdotes y los ancianos de los judíos se pusieron de acuerdo en un plan para matar a Jesús y lo llevaron atado y se lo entregaron a Pilato, el gobernador romano que representaba el Imperio de los Césares?
- ¿Estabas tú allí, cuando los ancianos convencieron a la multitud que pidiera la libertad de Barrabás y la muerte de Jesús?
- ¿Estabas tú allí, gritando a viva voz: “¡Crucifícalo!”?
- ¿Estabas tú allí, en la vía del dolor, entre las mujeres que lloraban viendo a Jesús cargar la cruz camino al patíbulo para ser crucificado entre dos bandidos?
- ¿Estabas tú allí, cuando obligaron a Simón, natural de Cirene, a cargar con la cruz de Jesús?
- ¿Estabas tú allí, cuando Jesús fue clavado a la cruz?
- ¿Estabas tú allí, cuando el Hijo de Dios clamó: “¿Perdónalos, porque no saben lo que hacen”?
- ¿Estabas tú allí, cuando los soldados recogieron y repartieron su ropa en cuatro partes, una para cada soldado?
- ¿Estabas tú allí, junto a la cruz de Jesús, donde estaban su madre, la hermana de su madre (la esposa de Cleofás), María Magdalena y Juan? Cuando Jesús vio a su madre junto a Juan, el discípulo a quien él quería mucho dijo a su madre: “Mujer, ahí tienes a tu hijo”. Y luego le dijo al discípulo: “Ahí tienes a tu madre”.
- ¿Estabas tú allí, cuando Jesús dijo: “Tengo sed”, y en lugar de agua le dieron vinagre con hiel?
- ¿Estabas tú allí, cuando Jesús dijo: “Todo está cumplido”, “Padre, en tus manos encomiendo mi Espíritu” y expiró?
- ¿Estabas tú allí, en aquel momento, cuando el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo? La tierra tembló, las rocas se partieron y los sepulcros se abrieron.
- ¿Estabas tú allí, cuando el capitán de la guardia romana y los que estaban con él vigilando a Jesús vieron el terremoto y todo lo que estaba pasando, se llenaron de miedo y dijeron: “¡De veras este hombre era Hijo de Dios!”?
- ¿Estabas tú allí, cuando el soldado clavó el costado de Jesús con una lanza?
- ¿Estabas tú allí, cuando José, el de Arimatea, pidió permiso a Pilato para llevarse el cuerpo de Jesús y junto a Nicodemo envolvieron con vendas empapadas de perfume, mirra y aloe y enterraron al crucificado en un sepulcro nuevo, donde todavía no habían puesto a nadie?
- Por fin, ¿estabas tú allí en uno de los momentos más significantes y reconfortantes del drama de la expiación, cuando Jesús se hizo presente a María Magdalena y la otra María (la madre de Santiago y José); viste y oíste al Señor decirles: “No tengan miedo?”
Vuelve a la realidad en espacio y tiempo. Allí donde tú estás meditando en lo que pasó en Jerusalén. Te toca ahora hacerte las siguientes preguntas:
¿Qué impacto he tenido en mí por haber estado en Jerusalén durante la pasión, crucifixión y resurrección de Jesús?
¿Cómo he sido tocado por esta experiencia de identificarme con personas y hechos acontecidos con el Señor Jesús en Jerusalén, hace dos mil años? ¿Qué testimonio puedo yo dar de lo que siento yo ahora, como cristiano, y tengo la oportunidad de reflexionar en los grandes hechos de la vida, muerte y resurrección de Jesús mi Señor y Salvador?