Con mucha preocupación, y hasta con cierto temor, estamos observando el derrotero desproporcionado por el que transitan las diversas redes sociales manejadas por personas que todavía no han entendido, o no quieren entender la parte positiva de estas.
En la actualidad, quienes usamos estas herramientas como objeto de trabajo y fuente de conocimientos tanto para el ejercicio profesional o de estudios, le estamos sacando el provecho necesario.
Sin embargo, vemos con pena la cruel manera de cómo muchos de los asiduos «cibernautas» han escogido las diversas plataformas como un espacio para destruir imágenes con diatribas, pleitos, tiraderas de puntas, crear rencillas, proferir insultos, colocar imágenes violentas o porno, en fín, mostrar la cara fea de diversas situaciones y no la que debe primar en una sociedad que desea transitar el camino del desarrollo.
Lamentablemente, la moda del uso de las tecnologías cibernéticas está causando un grave daño a la salud espiritual y a la paz mental de muchos.
Es común observar la falta de ética de muchos cuando por las redes profieren y enarbolan un discurso poco elegante para referirse a X tema o a Y persona, principalmente cuando se está detrás de una posición electiva.
Otra cosa, el chantaje y las provocaciones mediáticas de quienes se creen poseer ciertas verdades, es otra situación que nos llena de espanto.
Por las redes todos somos guapos, es decir súper hombres, somos abogados, electricistas, catedráticos, chóferes, periodistas, doctores, ingenieros; en fin, por estos medios abundan lo que nunca han sido nada y por aquí esos mismos se creen que lo son todo…..
Además se observa, que por las redes hay en abundancia una mayúsculas muestra de “cariño” la cual nunca logra compensarse con las tibias miradas que damos cuando tenemos de frente a esa persona a la que decimos que es » nuestra@ amig@ o hermano@”.
Las redes sociales son en su esencia un mecanismo para superarnos siempre y cuando les demos el uso adecuado, ahora bien, también son estas el vehículo ideal para destruir hogares y crear pobrezas mentales cuando le damos seguimientos o contribuimos con nuestro likes al enriquecimiento de un súper ego que muchos «cogen» cuando reciben los «elogios» de personas que ni siquiera entienden los múltiples errores ortográficos de quienes se creen docto en muchas materias.
Debemos crear conciencia y darle un uso adecuado para ayudar al prójimo como hacen algunos, no debemos desperdiciar estos infinitos espacios para promover el odio y el veneno que a veces muchos llevan clavado en su interior.
Es casi imposible no contar en estos tiempos llamados modernos, con este tipo de herramienta para poder desenvolvernos en el aspecto laboral o de otra índole, por lo que entendemos pertinente que cada quien en sus respectivas comunidades en donde se desenvuelva iniciar una especie de campaña permanente para de esta manera ir apartando a cuantas personas promuevan violencia, odio, » tiren puntas» presenten imágenes sangrientas o pornográficas, pues haciendo esto solo habrá un ganador y estamos seguro que será la sociedad misma.
Debemos como sociedad, unificar criterios en torno a la creación e implementación de otro tipo de cultura través de las redes, pues si hacemos esto tomando como punto de partida la educación y el aislamiento de todos aquellos que promueven las negatividades, es probable que estos queden relegados a otros tipos de espacios y no al que ellos mismos han tratado de invadir con sus nefastas actuaciones cibernéticas.
Pues, quienes se dedican a promover el morbo y las divisiones a través de un discurso desfasado y fuera de tono, al final solo obtienen un faso prestigio que el cual se anida en su torpe imaginación, al creerse tener una plataforma de likes que también los dan aquellas que se dejan seducir para convertirse en tontos útiles de los que nada positivo pueden aportar a la sociedad.
Estamos convencidos de que si entre todos nos disponemos a iniciar un cambio de actitud a través de la redes muchos quedaran relegados a un lugar en donde ni por asomo caben los que deseamos convivir en una sociedad en desarrollo.