Sus residentes en este momento apuestan a su embellecimiento inmobiliario. La población urbana que en su origen fue la extensión por la parte norte del barrio emblemático los pescadores, de nombre Pajarito, hoy ha logrado méritos que mostrar.

Este sector se construyó para asentar a emigrantes españoles que Trujillo había acordado con su homólogo Francisco Franco de España, asentarlos en proyectos agrícolas explotados por ellos en la República Dominicana. En el caso de Azua el asentamiento se dio entre noviembre de 1955 y enero de 1956.
Para el alojamiento por familia, el gobierno dominicano construyó decenas de viviendas de igual diseño de asbesto cemento con menos de 50 metros de construcción, con instalaciones sanitarias de calidad que hoy se cuestiona. Entonces, es válido pensar que la desgracia de que el asentamiento binacional fracasará en el año 1957, tuviera su origen en el modelo de hábitat con que se alojaron a europeos españoles de clima frío.
Los inmigrantes en el ciclo de protestas que llevaron a cabo durante un tiempo considerado por ellos como prudente; por la razón de que no se les había entregado la donación de los terrenos en condiciones de exportación agrícola, y por la suspensión del pago de sesenta centavos diarios por familia que se les había comenzado a pagar, fue lo que provocó que el Presidente Trujillo, para evitar un conato social gigante, los reunirá una mañana del año 1957 en el patio del liceo secundario Julia Molina, (hoy local del liceo Ángel Fermín Noboa), para que el Coronel del ejército Nacional de nombre Miguel Paulino, los amenazara al estilo de la dictadura, en caso que produjeran un acto fuera de la ley.
Durante el inicio del año 1957 los remanentes de las familias españolas, que habían tomado la decisión de no abandonar sus casas, por la causa que fuere, entre ellas por dicha, algunas que ya han habían felizmente hecho parentela con damas distinguidas de la sociedad azuana y con también el respaldo de vecinos solidarios, formaron un bloque de resistencia a unos aparecidos de origen húngaro que intentaron desalojarlos de sus viviendas. Eso merece otra narrativa aparte.
A poco tiempo de que se había dado como un hecho el abandono total de los españoles del GHETTO, éste, comenzó ser habitado por familias sin techo, en especial de barrios vulnerables de Azua. Se recuerda con nostalgia y también alegría, cuando en mi barrio prepararon sus tratos o ajuares del hogar para ir a residir a La Colonia Española en la casa propia que les había donado el Estado. Comenzando con: Rufia Soto Naut con sus hijos Vinicio, Geña y Vitico; Badú y su pareja Enrique Polvorín y sus hijos, Digna, Tocón, Tatá y
Mora; Pulunga y su hijo Gundo con la barbería al hombro de su propiedad; Sarita Castro con sus hijos Eda y Luis José; Sergio Céspedes Marchena y esposa Olga Quezada; Afrodicia Florián y sus hijos Sonia y Miguelito; Digna y Bidiva; Ana Delancer y el peluquero Batoño Pineda y finalmente, Raúl (Pichi) Pineda.
De igual manera, hay que destacar personas de otros sectores de la ciudad que lograron desarrollarse viviendo en comunidad, lo que bien ha sido en profundidad, la semilla que parió el árbol del progreso de La Colonia Española. Me refiero a algunas de ellas y pido perdón a las demás: tales como Virtudes Matos con sus hijos; Yolanda Ruiz Mejía; Luis Agramonte y su esposa Josefina Segura; Mon Matos Mejía y su hermano Abraham; Wilson Beltré; Mercedes Núñez con su hija Rosita a la cabeza; Julieta Méndez Terrero; Gaspar Vilchez Suero; José Juan Ramírez y su esposa Alba Segura; Elio Rossó; Ramonita Noboa Méndez y sus hijos Mercedes Eudocia, Yeya y Arístides; Eligio de La Cruz y sus hijos Dorca,
Amanda y Tico; Rafael Casado, Nelfa Casado y su esposo Hipólito Pujols; Rafael Brito; Yolanda Díaz y esposo Ramón Melo; Adelfa Medrano; Viejito Sención y su esposa Blanca Peguero; Gilberto Hidalgo y su esposa Margarita Fernández con sus hijos Miguelina, Gilberto, Rosa, Nara, Mily y Rafael.
Bolívar Sención Noboa y su esposa Amantina Méndez; Tirso Sánchez; Dante, Mimío y Bienvenido Melo; Darío Freites; Ramona y Consuelo Soriano; Salvador Ciprián; Pucho Sánchez; José Monzón y su esposa Maricela Pinales; Jacobo Féliz y los periodistas, entre otros: Juan Sánchez, Jesús Peguero, Fabiola la azuana, Alexis Castillo Silfrido Melo y Grey Pérez Díaz.
Ya en el tiempo los moradores han transformado en un 98 por ciento lo que fue el barrio de casas de asbesto, en residencias de diseños modernos. La Colonia ahora marca el primer lugar en colegios de calidad, deportes, iglesia católica al estilo de catedral, pizzería, iglesias evangélicas con nivel, estación de gasolina, almacenes, tiendas de ropa para vestir, colmadones, talleres y una destacada población de profesionales que aportan el ingreso familiar suficiente, que ha contribuido a mejorar la calidad de vida de sus habitantes.