La confesión de dos uno de 16 años y el otro de 31 de haber violado y golpeado hasta la muerte a la niña de 4 años, Yanesis Rodríguez, en la comunidad de Barranca, del municipio Sabana larga, Santiago, revela que como sociedad estamos tocando fondo.
Es increíble ver como caminamos a paso agigantados hacia la destrucción de valores, principios y costumbres, y todos como sociedad permanecemos en una especie de anomia social increíble.
Con este hecho aterrador que ha consternado a la familia dominicana, pienso que ha llegado el momento de hacer un alto, y darnos cuenta de que si seguimos por ese derrotero vamos a la disolución como sociedad.
Y que no me vengan ahora con que estoy exagerando, porque aquí todos sabemos y vemos a diario muestras fehacientes de actuaciones de individuos y colectivos de todos ámbitos y niveles que confirman lo que estamos planteando.
Este crimen horrendo de esta niña santiaguera, con toda honestidad, me ha doblado el alma, me ha cortado el aliento y me ha hecho con más claridad de que definitivamente poco estamos haciendo como sociedad para detener este proceso de decadencia social.
Esto no es solo un problema de Gobierno, de las escuelas, universidades, partidos políticos, gremios profesionales, iglesias, sindicatos, no, esto es un asunto de todos, que debemos entender que ha llegado el momento de ponernos todos a una y despertar.
Aunque tengo espíritu cristianizado, como buen discípulo de don Américo Lugo, sería incapaz de albergar odio contra nadie, pero ante una situación tan desgarrante como la que está aconteciendo con la sociedad me vienen a la memoria estos versos del poeta Chileno y premio nobel de literatura, Pablo Neruda, que dicen:
¨No levantéis mañana la bandera del perdón, a los malditos hijos del lobo y hermanos de la serpiente, a los que llevaron hasta el último filo el cuchillo y arrasaron la rosa¨.