La estrategia de ¨Espera Paciente¨, la concepción geopolítica del ¨Destino Manifiesto” enarbolada por los grupos de poder que dominaron los diferentes Gobiernos estadounidenses durante los siglos XIX y XX, parece ser la carta que juega en la actual coyuntura política dominicana el Partido Revolucionario Moderno (PRM).
Esa organización política dominicana, al parecer, conocedora del ambiente de confrontación en que se desenvuelve el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), ha mantenido y mantiene una táctica de espera a ver qué pasa allí.
Los perremeístas y su liderazgo fundamental han relegado de su agenda partidaria de manera estratégica el debate de las ideas, las denuncias antigubernamentales y el establecimiento de posiciones ante diferentes tópicos nacionales.
Ellos (PRM) a todas luces están apostando al desgarramiento interno del Partido de la Liberación Dominicana y a la ruptura definitiva del liderazgo del Presidente Danilo Medina y el ex Presidente Leonel Fernández.
Están esperando que se frían en su salsa, que se tiren las cajas y los cajones, que sus posiciones y contradicciones lleguen a un punto tan alto, que no se encuentre el camino para la reconciliación.
El tiempo está avanzando y el Partido Revolucionario Moderno no ha dado señales de variar o cambiar la citada estrategia, siguen creyendo que ese es el método correcto de alcanzar el poder político, la conducción del Estado.
Siguen apostando a la posibilidad inminente de que una división del partido de la estrella amarilla, fundado por el profesor Juan Bosch en el 1973, le conducirá de manera automática a ocupar la primera magistratura del Estado.
Ese colectivo político está convencido, por lo que se ha visto hasta el momento, que no existe otra manera más eficaz de colarse y así obtener el poder. ¿Y yo pienso, me pregunto y digo? Y si eso no pasa ?…