Por Melvin Matthews
Estimado colega:
Sirva la presente de llamado a la reflexión, recordándote que quien construye un recurrente historial de comparecencias ante la Justicia acusado del delito de difamación, sin nunca obtener ganancia de causa, se autodescalifica; porque desacreditar a una persona publicando cosas contra su buena opinión y fama, es una práctica sencillamente criminal.
Conoces bien el banquillo donde por enésima vez te sentarás. Tu “Jarabe” llevó ante los tribunales a Alicia Ortega y Fernando Hasbun, ejecutivos de SIN, donde trabajabas; tres acusaciones del mismo tenor en tu contra del exdirector del IDECOOP, Pedro Corporán, arrastró a los empresarios Domingo Bermúdez, de Color Visión y Luis García, de TeleradioAmérica. Tuviste que tranzarte con la familia Vicini por motivos similares y hace 17 años te encarcelaron por expresiones difamatorias hacia el presidente Hipólito Mejía.
Creo que te embarga el afán de notoriedad; la elusiva popularidad mediática y circunstancialmente opositora al gobierno, a la cual tienes derecho, te obnubila, y te ha impedido ahora detenerte a calcular el perjuicio que has causado a Maybeth Rodríguez Sánchez, una mujer decente, sin antecedentes penales y de altísima solvencia moral y ética, administradora de empresa, madre de dos hijas mayores de edad y una menor. Si al firmar con Obras Publicas contratos para material asfaltico, en representación legal del Grupo Azimra, autorizada por el dueño Johnny Cabrera y su junta de accionistas, ella incurrió en delito, se desprende que también delinquieron el empresario Mustafá Abu Naba, el Grupo Vicini, Sammy Sosa, el Grupo Rizek y otros, quienes suscribieron contratos similares desde el año 2003. Conciliar es tu mejor opción.
Atentamente,
Melvin Matthews