Por Alberto Quezada
En la medida que va pasando el tiempo es innegable que en la República Dominicana se viene acentuando con más intensidad la intensión manifiesta de un sector extranjero de sacar al Partido de la Liberación Dominicano del poder.
Las señales que se emiten desde los litorales del Departamento de Estado de los Estados Unidos en los últimos tiempos son más que elocuentes, no dejan espacio a la duda, son cada vez más evidentes y contundentes.
Hay una matriz diseñada en ese sentido, que no se detendrá hasta tanto no se materialice ese hecho que para ellos constituye un elemento perturbador en su agenda geopolítica.
La estrategia no es en contra del ex presidente Leonel Fernández y el presidente Danilo Medina, no, va dirigido hacia el propósito de sacar de la conducción del Estado al partido que fundara don Juan Bosch. Las razones las explicaré en el próximo artículo.
Para esos fines se viene implementando desde ese litoral internacional un plan que tiene dentro de sus objetivos específicos lograr generar confrontaciones entre el liderazgo fundamental, dígase Danilo Medina y Leonel Fernández.
Luego de descabezado los dos liderazgos, por efecto de gravedad vendría, en primer lugar, la perdida inmediata del poder político y posteriormente al debilitamiento o reducción total de esa maquinaria política que es considerada hoy día el PLD.
A los peledeístas que no miren para otro lado, que no presten atención a los perros, sino a sus amos; el plan está en marcha y dependerá de su habilidad y capacidad política para entender lo planteado, su salida o permanencia en el poder más allá del 2020.
Si la militancia y la dirigencia de ese partido que siguen a Leonel Fernández y Danilo Medina continúan en sus confrontaciones de lucha por el poder y bailando la música que le están poniendo desde fuera con el tema de la corrupción, la transparencia, Ley de Partidos Políticos, ODEBRECH, Félix Bautista, Víctor Díaz Rúa y la Junta Central Electoral, y no se cohesionan; que se despidan.