Por SAUL PIMENTEL
El lunes, en la rueda de prensa “La Semanal”, los presidentes de la República y de la Refinería Dominicana de Petróleo dijeron sobre la deuda con Venezuela que el actual gobierno dominicano, el cual comenzó en 2020, no ha importado “ni medio galón” de este país sudamericano. Explicaron que la última vez que dominicana compró a este último fue en el 2017, y no fue petróleo sino combustibles “blandos”.
El presidente de la Refinería. Leonardo Aguilera, especificó que la última importación de crudo fue hecha el 12 de diciembre del 2015 (durante el primer gobierno del peledeísta Danilo Medina).
No quedó claro lo de la deuda
Las declaraciones tanto de Abinader como del presidente de la Refinería fueron vagas, por lo cual no quedó claro lo de la supuesta deuda de República Dominicana con Venezuela, la cual tanto el Presidente Maduro como el ministro Diosdado Cabello han cifrado en US$350 millones.
Cuando periodistas insistieron sobre el tema, Aguilera señaló: “No hablamos de si se debe o no se debe, ni hablamos de otra gestión”. Aclaró que él (Aguilera) se estaba refiriendo al tema porque se ha mencionado directamente al presidente Abinader.
La deuda sí existe
Las evidencias dan a entender que la deuda sí existe, pero no en el monto que Maduro y Cabello señalan. El exministro de Economía, Planificación y Desarrollo, Juan Ariel Jiménez, ha certificado que la misma asciende a 214.3 millones de dólares, según datos de Crédito Público. Dijo que, de ese monto, 45 millones de dólares corresponden al programa PetroCaribe.
Restricción de estados unidos
El exfuncionario opina que la República Dominicana puede pagar ese monto, el cual es insignificante para el nivel del PIB del país, pero no lo ha hecho debido a que Estados Unidos ha recrudecido las restricciones a Venezuela, principalmente en las transacciones financieras, lo que imposibilita que los países se pongan al día con el país andino.
A pesar de esta circunstancia, el Gobierno Dominicano debería referirse al tema con más claridad y precisión, para despejar cualquier duda que haya “en el aire” creada por el régimen chavista.