Los múltiples acontecimientos y comentarios que han generado la aprobación en el Congreso Nacional de la Ley de Partidos y Organizaciones Políticas han puesto de manifiesto de que en este país, definitivamente, un sector de la clase política tiene poca cosa que hacer.
El pretender construir una confrontación política entre el presidente Danilo Medina, el ex presidente Leonel Fernández y los partidos de oposición, con la aprobación del citado proyecto, constituye una muestra evidente de que en este país los actores políticos tienen poca cosa que ofrecer.
Dentro de las cosas que se han dicho, murmurado, susurrado, de manera pública y privada es que para lograr esa aprobación definitiva, más que el consenso, se impuso la voluntad de sectores oscuros y el supuesto establecimiento de un vergonzoso mercado de compras de conciencias.
Otra es que, el presidente Leonel Fernández y la corriente que él representa en el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) han recibido nuevamente una derrota política y que las contradicciones por la que atraviesa esa organización política se agudizan, entre otras cosas.
Al margen de todo eso, me permito plantear algunas observaciones que pudieran tener alguna utilidad en momentos en que la agitación política parece tomar velocidad y sendas peligrosas que pudieran impactar de forma negativa la institucionalidad y el sistema democrático dominicano.
Lo primero es que, al presidente Leonel Fernández y el sector que él representa deben seguir trabando por lograr su nominación presidencial en el PLD para el 2020 y no hacerles caso a los agitadores de siempre. Entender que, lo que se está librando es una lucha política en un escenario democrático, que lo más racional es agotar todo lo establecido en términos institucionales y, no dejarse dar cuerdas. La verdad, como planteo Sócrates, filósofo griego, se impondrá como un faro de luz en la infinitud de los tiempos.
A la oposición política que asuma rol y que de una vez y por todas dé muestras de que es realmente un partido político de este siglo XXI.
En tanto que, el actual presidente de la República, licenciado Danilo Medina, continua desarrollando su obra de gobierno y no desviar sus pasos hacia llamados extemporáneos e inoportunos que pudieran conducirlo en el zafacón de la historia a la velocidad de un relámpago.